El cooperativismo desde que fue creado por Friedrich Wilhelm Raiffeeisen en Alemania, ha tenido como objetivo principal basar su operación en los valores de auto ayuda, auto responsabilidad y auto administración. Con el pasar del tiempo el sector cooperativo se ha posicionado en el mundo por esa calidez y cercanía que lo diferencia del sector bancario. No obstante, dicha cercanía y confianza a su vez ha traído como resultado un incremento en los riesgos financieros, puesto que en muchas ocasiones la colocación de créditos se basa en la relación de confianza y no en el seguimiento de procesos preestablecidos.
Esta falta de análisis sumado a la ausencia de medición, seguimiento y verificación de la información financiera de quien solicita el crédito desencadena fácilmente en un peligro de liquidez y solvencia que pone en riesgo la supervivencia de la Cooperativa en cuestión. Es importante resaltar que estas situaciones pueden presentarse sin importar el tamaño de la organización y que ninguna cooperativa es tan pequeña para no formalizar sus procesos y tampoco tan grande para no controlarlo.
Aunque desde un tiempo atrás se han implementado procesos estándar para mitigar el riesgo operativo y de crédito, que involucra a cada miembro de la organización, empezando desde la alta gerencia; es inevitable que el factor humano sea uno de los puntos de dolor más recurrentes. De ahí que la necesidad de automatizar los procesos sea una acción cada vez más imperante, puesto que en la medida en que se logren tecnificar y aumentar los controles los riesgos tenderán a disminuir.
A pesar de que la tecnificación puede ser el camino correcto hacia la disminución del riesgo, iniciar este proceso puede generar alto grado de resistencia tanto de parte del asociado como de los mismos empleados de la organización. A pesar de ello, en la medida que se expongan los beneficios para cada uno de los grupos objetivos, el proceso podrá verse como realmente es, una mejora en la manera de operación de la Cooperativa o Asociación y no en la búsqueda de establecer seguimientos exhaustivos o en la reducción del relacionamiento Cooperativa – Asociado.
Esta ha sido la premisa que ha permitido que SIFCO se haya posicionado fácilmente en el sector solidario, puesto que procesos tediosos y prolongados como verificación del riesgo financiero de quien solicita el crédito, gracias a la conexión con diferentes burós crediticios, sus empleados podrán hacer la consulta en línea en minutos y llevar el proceso desde la originación del crédito hasta el pago del mismo, en unA misma plataforma que le permite hacer el cálculo de intereses de manera automática; evitando así caer en errores involuntarios y permitiéndole contar con reportes actualizados en tiempo real.
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